Los ingleses se quedan con la boca abierta: las multas de la DGT más extrañas
Las multas de la DGT más extrañas han dejado a los ingleses con la boca abierta, estos extranjeros que nos visitan año tras año
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Las multas de la DGT más extrañas han dejado a los ingleses con la boca abierta, estos extranjeros que nos visitan año tras año se han quedado literalmente en shock. Son uno de los colectivos que más visita nuestro país, por lo tanto, los más afectados por unas multas que ni siquiera entiende. La DGT se ha convertido en una de sus peores pesadillas, tal es así que han dedicado un artículo en The Sun a las multas que sufren los ingleses. Estas son las más extrañas.
Las multas de la DGT más extrañas que dejan a los ingleses con la boca abierta
Un artículo en The Sun revela las principales multas que sufren los ingleses, algunas de las cuales son de lo más extrañas. Hay una multa que les afecta de lleno y cada año sufren. Acostumbrados al frío cuando llegan a nuestro país lo primero que hacen es ponerse bien fresquitos y cómodos y eso les supone un problema.
No solo en los restaurantes o en las atracciones de Port Aventura o cualquier sitio público, sino también al volante de su propio coche o incluso moto, poniendo en riesgo su vida. Los ingleses sin camisa y con chanclas son una tradición que año tras año circula por las carreteras, siendo cazados por la DGT.
En coche y, especialmente, en moto, se debe ir debidamente equipado para conducir de forma segura. Las chanclas no lo son, tampoco ir sin camiseta. La ley dice lo siguiente: “El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos efectos deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos”
Son 170 libras lo que les cuesta año tras año, ir en bañador por la calle o conduciendo y otra de las multas más frecuentes, fumar en la playa. El artículo de The Sun crítica esta forma de actuar con unas leyes cuya finalidad es protegerles a ellos mismos y a todos los que circulan por la carretera o están en la misma playa.
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